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Huellas

...lo escribí

In: ,

Lágrima en duda


















Lágrima
Me preguntas quien soy
Mientras caes libre a deshacer las letras de tinta
Ya borrosas, veladas,  invisibles.
Me preguntas,
Y no lo sé,
Pero si le preguntaras a ese borrón teñido sobre el papel
Te diría que soy yo.

Lágrima
Te preguntas quien es
Y resuenas ahora en el piso frio de un hospital
Solitaria, estruendosa y callada
En silencio de días, de meses, de un año.
Te preguntas,
Pero el silencio resuena como la respuesta a la interrogante;
Silencio dices que es.

Lágrima
Me pregunto quién eres
Ahora que te desbordas exaltada como un rio
Imparable, profundo mas no dormido.
Me pregunto,
Pero dudo
Pues ahora conozco la ausencia, el silencio y el dolor
Y solo sé que no soy yo

Lágrima
Me preguntas quien fue
Cuando  yaces seca e inexistente en mi rostro
Aun marcado, sensible, más inerte.
Me preguntas,
Pero cuestionarse ahora parece cansado e insuficiente
Solo espero que siga siendo.


Texto de mis dias internado... donde el tiempo es eterno y la soledad una compañera

In:

No necesito ser nada, mas solo el que te ama.



No necesito ser un príncipe para querer estar en tus sueños, ni tú La Bella Durmiente para querer soñar más.

No necesito ser constructor, para edificar mis anhelos, ni tú una arquitecta para que los puedas diseñar.

No necesito ser un guía para mostrarte el camino a mi vida, ni tú una turista para que la quieras conocer.

No necesito ser cirujano para intentar llegar a tu corazón, ni tú una grave enferma para quererlo cuidar.

No necesito ser abogado para defender mí querer, ni tu una condena para quererte a perpetuidad.

No necesito ser profesor para explicarte por que te amo, ni tú una filosofa para comprender la razón.

No necesito ser americano para poder decir I love you, ni tú mi traductora para que lo puedas interpretar.

No necesito ser astrónomo para verte en el cielo azul, ni tú astronauta para que me mires desde allá.

No necesito ser anciano para atesorar el tiempo que ha pasado, ni tú una niña para querer vivir más.

No necesito ser un extraño para aún sonrojarme cuando te llamo, ni tu una vidente para que lo pueda ver.

No necesito ser escritor para plasmar con mi pluma estas letras, ni tu mi lectora para saber lo que con ellas quiero contar.

No necesito ser otro hombre, otro actor, otra cosa, ni tú tampoco, si con eso te puedo amar.

In:

Consejos al espejo




Nunca calles que la amas, que la quieres, que la sueñas, que la extrañas; si así sientes. Nunca lo calles, por más veces que ese sonido salga de tus labios gastados de tanto amar, y cada palabra se vuelva el eco de otros momentos.

Deja que tu sonrisa hable por ti más allá del destello que irradia. Que tus ojos desdibujen el silencio que surcan sus mundos; porque negarse a ello es caer en la amargura y la ceguera de un pozo saciado del egoísmo del desamor.
La primera impresión es siempre la correcta, pero la primera palabra por lo general esta errada.
Nunca cometas el error de usar palabras afiladas, porque son como cuchillos manejados por pasiones en descontrol. Nunca cometas ese error, su herida puede que no alcance a vaciar de vida el amor, pero sangrará por siempre, y en cada gota se irá una ilusión.
No te culpes si aprietas el gatillo de tus emociones, y el tiro estalla en frente de ti, disparar no está prohibido, salvo cuando apuntas sin sentido. Llora, grita, siente; que el derecho es tuyo y te sientes vivo. Solo vaciando el alma puedes volver a llenarla.
Calla si tus expresiones aún tienen la temperatura de momentos anudados de ira explosión, tibias del calor de ideas enfrentadas. Calla si el silencio es mejor intérprete del idioma que profesas, que la lengua del amor se habla con el corazón.
Y si la cascada de emociones desciendes de tus ojos sin control, no intentes contenerla, te inundarás de ella y entre su corriente te hundirás ahogándote en lo profundo. Llévate por sus aguas, que no hay rio que no desemboque en el mar ni pena que no se sacie.
Ama sin importar las respuestas, ellas tocaran tu puerta o entraran si esta está abierta, solo aprende a no perderlas de vista, pues son escasas y escurridizas, y te puedes perder entre sus risas. Ama sin razón, sin medida, sin muerte; puesto que solo el que ama conoce esa suerte. Y aun cuando su amor  se te hace imposible, ama, que para el amor todo es posible.

In:

Fabrica de Sonrisas



Tendré una fábrica de sonrisas y tú serás la dueña, por que el dueño de los sueños es el mismo que los sueña. 

Tendré una fábrica de sonrisas y tú serás mi modelo, porque eres perfecta e iluminas tanto que el cielo te siente celos. 

Tendré una fábrica de sonrisas y tú serás mi estandarte, que la tristeza se retire, que se encierre, que se espante, que la vida te ha escogido que mis sueños van delante. 

Tendré una fábrica de sonrisas y tú serás materia prima, con tu brillo, con tu desplante pues de ti hare las risas que preceden lo fascinante. 

Tendré una fábrica de sonrisas, y yo sonreiré primero, pues de tus labios robare la imagen de quien entrega un querer sincero.

In:

Un mes Atrás en su Tiempo



El calló largo tiempo su derrota, quiso ser causante del mutismo de otros mundos, pero terminó preso del propio. No era inspiración de nada, de nadie, …ni de sí mismo. Hubiese sido mejor colgar en su pared el título de “culpable” que mirar esa soledad vacía sin respuestas. Pero ya ni el eco de su propio mundo retumbaba en aquel lugar, menos aún las voces ajenas de quien sus ojos reclamaban ver una vez más.

El silencio nunca tuvo explicaciones, no más que las evidentes; y quien acalla a las palabras, de a poco se convierte en  ciego y mudo a sus deseos; e interpretar se vuelve un nudo sin cabos que se apresa más y más conforme va tirando a las exigencias.

Siguió sus días entre sombras, y el negro se trago su voz. Más la noche experta le enseñó la paciencia que se encuentra al esperar un nuevo amanecer. Quiso ver la Luz, y las ansias lo engañaron una y mil veces con imágenes erradas de belleza simulada. Un rincón sin alma solo es un piso con cuatro paredes sujeto a miradas escrutadoras sin calor, y las imágenes solo son cuadros que inundan un espacio vacío donde antes existió amor.

Mas el silencio de una boca sellada por el tiempo termina cuando se entreabre por el fulgor de una sonrisa, cuya luz ilumina todo, tiempo y espacio,  encandilando malos recuerdos arrastrados a ningún lugar. Ahí acumulan polvo retorcidos en sí mismos, distorsionando su forma hasta ser irreconocibles a la memoria,  lejos del presente y del pasado, dejando espacio a un nuevo aire a respirar.

Es increíble como a un hombre lo transforma una sonrisa.

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Mientras duermes















Caminare solo durante un rato,
Hasta escuchar de nuevo tu voz,
Que dormido me llevan mis pasos
Esperando que despertemos los dos.


Me muevo recogido en mis sueños
Buscando tus pasos ya idos
Mas tus silencios tiemblan en mis dedos
Y se escapan entre mis gritos vacios.


Caminare solo este rato,
Guiado entre incertidumbres y ruido
Entregado a la impaciencia me desato

Porque sin sonidos mi mundo esta perdido.


Seguiré tu llamada esperando
En silencio, vacio y dormido
Porque cansado ya todo he entregado
Y en la angustia de la espera, he salido.

In:

El otro silencio



-Estoy enamoradísismo de ti- dijo, así tal cual con una s de mas como cada vez que se ponía nervioso. Y un sudor frío se deslizo entre hueso y carne por su espalda.
-No sabes lo que dices- ella dijo sobre sus palabras. El sudor frío terminó de deslizarse por entre sus fibras.
El silencio incomodo y nervioso coronó el momento. Era una frase muy fría, pero por las palabras mas que por la intención. Sabía que todo cuanto decía no eran solo palabras, había pasión y sentimientos detrás, pero quizá los miedos a responder eran más fuertes. Por su lado, él sacudió los fríos que le recorrían y miro por la ventana, la luna se divisaba por entre las brisas de neblina que a esa hora de la noche navegaban por las calles. No se veían las casas todas iguales que a ella tanto le llamaban la atención. Mirar por la ventana y recrear la luna era ganar tiempos antes de las siguientes líneas de la conversación. Pero no hubo palabras. Los hechos hablaron y dijeron más que las hiladas letras de una armoniosa oración. Los brazos se entrelazaron por su espalada y el frío ya no volvió más. Sus negros cabellos rizados descansaron en su hombro y acolchonaron su cabeza que siguió el natural movimiento de apegar su cuerpo tras de él.


Entre las cortinas solo una sombra mostró la luna, y ya no dijeron más.        

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Mal digo



Te maldigo tiempo por serme esquivo, por que de sus tierras me exiliaste por que hablar de ti esta prohibido. Te maldigo tiempo que de sus días me alejaste, porque lloré las horas de lo no vivido, por no enseñarme a controlarte.
Te maldigo noche compañera, que nadé en tus aguas sin destino, sin reloj ni horario fino sin conocer la luz mañanera. Te maldigo noche por mentirme, seducirme y enredarme, por decirme que los días no corrían, por soñar sin siquiera acostarme.
Te maldigo distancia enrarecida, que eras grande y pequeña a tu antojo, que en ocasiones te perdías, mas en silencio crecías con arrojo. Te maldigo distancia por ser real, por escapar de la fantasía, por ser una medida racional y no una palabra que hiciese mía.
Me maldigo yo mismo por mal decir, por no saber hablar; por que mis letras no se entienden cuando te comienzo a extrañar. Me maldigo por no se fuerte, por que mi ilusión no creció en tu mundo, en tu presente, por dejar mi corazón inerte.
Maldigo finalmente a la conciencia, por que nada de esto es verdad, por que ella misma no miente, por que los errores se pagan a esta edad. Maldigo realmente a la conciencia por que ella devela al culpable, pronuncia mi nombre deseable y me destierra a la indiferencia.


Para quien quiera oir un sentir, lo siento.

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El Extraño de los cuartos



Visita ese cuarto todos los días, cada día, todo el tiempo. No por costumbre ni por matar el tiempo. Le gusta, podría decirse que es feliz en él, y así el lo siente, por que integra eso a su vida por completo. 

Mucho antes de saber que existiese, pasaba por las cercanías deambulando en busca de nada y de todo, con la sensación de no querer estar en un lugar. Negándose a quedarse en algo que se acercara a reconfortarlo.Desoyendo las voces que lo invitaban a anclar.

Pero un día algo sucedió; en un cuarto había un regalo, un regalo para él en gratitud por algo que no tenía en cuenta, un hecho vago pero real. Abría las ventanas de cada lugar que visitaba. Pero… ¿Quién podría agradecer eso?, una pequeña nota lo explicaba “gracias por compartir tu lugar y dejarlo ver”. Instintivamente corrió al dintel de la ventana y miro afuera, se sintió extraño, observado, tonto y avergonzado. Quiso cerrar la ventana, pero no pudo, una voz dulce lo detuvo. Un voz como si estuviese dentro de él. El hecho pudo haber sido solo un lindo recuerdo en el anecdotario de los días de no haber sido por una nueva visita y otro regalo envuelto en cintas de color. Y así en cada lugar donde abría un espacio para ver y ser visto; y sin saberlo buscaba ese lugar donde un día anidar. Un día vio las manos de quien dejaba sus regalos, otro día su torso, y otro su cabello. Descubrió lo hermosa que era sin ver su rostro y en ese mundo de cuartos la aguardó y la sigue aguardando. 

Hoy, corre por pasillos y habitaciones, abre ventanas de par en par, espera algún día su semblante divisar, mientras sigue recibiendo regalos y viendo desde su ventana como mundos se abren a sus pies. Mientras tantos, otros hemos aprendido a dejar nuestro paso en su rincón, con regalos o ventanas abiertas esperando el fin del frenesí.


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Sabes guardar un secreto?



Ahora que veo mi mano sobre tu mano, recuerdo lo jóvenes que fuimos y el tiempo que ha pasado dejando sus huellas indelebles sobre mi piel. Cada vez anhelo más momentos de paz como este, donde mi cuerpo exhausto anide junto al tuyo la vista de un nuevo amanecer. Ya mis cabellos blanquecinos delatan la nieve de los años vividos. En la quietud de este momento cuando tú yaces dormida, confieso un defecto. Desde aquel momento en que te conocí, el miedo ya había reclamado mi nombre haciendo tierra fértil de él para la semilla de los celos. Hoy mientras sostengo tu mano inmutable al paso de los años como la sonrisa en tus labios, miro esos días y saboreo aquel olvidado sabor.

Fueron días difíciles, en donde los segundos se hacían gigantes sin saber de ti, donde las llamadas se hacían esquivas y los sonidos mudos a mis oídos. Tus grandes ojos me sonríen mientras sueñas, y en aquel entonces mis sueños se eran frágiles al querer verte y descubrir despierto que no estabas ahí. Y no pensaba en la fila de galanes que asediaban tu puerta, como en aquellos años se solía hacer: una mano de frente dispuesta a coger otra mas tersa presta de asistencia, mientras la otra mano permanecía escondida con la fragancia de flores dispuestas a sorprender. Quizás no eran ellos los que afloraban en mis pensamientos, sino aquellos que gozaban de estar contigo, aquellos que sin saberlo gozaban de un tesoro ajeno a mis manos, en esos días, fuertes manos.

Mientras amanece el día y tú duermes, te cuento ese secreto, el de aquellos días lejanos de juventud. El secreto que para ti nunca fue secreto pues leías en mi ojos la verdad de mi sentir.

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Curioso del Tiempo



Cuando llegue ya estaba ahí, sentado y abstraído con la vista fija e imperturbable. No podría decir en que pensaba o que hacia, por que nada me lo indicaba. O quizás si, por que sostenía en su mano un reloj y su mirada giraba entorno a sus manecillas. Luego de unos minutos (largos minutos debo aclarar) cualquiera hubiera dicho que era un loco, uno de esos inofensivos que no dañan nadie mas que su propio entorno, pero no, no me lo pareció.
Mientras el humo del último cigarro no acababa de esfumarse por entre mis dedos pude notar una pequeña alteración en la singular rutina de aquel extraño. Miro su reloj y alzo la vista unos segundos atisbando a lontananza, y luego se hundió en si mismo una vez más. No tardo más de 9 segundos en ello, puedo saberlo por que instintivamente hice lo mismo tratando de ver lo que el no vió. Ilógico, si lo pienso, no sabia que debía de ver. Y no fue solo una vez, desde que lo vi, lo hizo una par de veces más cada una hora con inglesa exactitud. Por eso miraba la hora, de seguro algo debía de aparecer.

Los que me conocen, pueden asegurarlo: soy un curioso. Dos segundo me tomo idear una forma de acercarme; me pare junto a él para cruzar la calle, o cualquier otro motivo que me excusara de estar ahí, innecesario si lo medito mas tiempo, era un extraño que poco le importaba lo que hiciera yo. Como sea, fui hasta donde estaba y mire de reojo su reloj. Y aunque en un primer momento me impresionó, luego esa impresión desapareció. Tenía el reloj trizado, con su cristal hecho pequeños fragmentos unidos por sus propias astillas, y para mi asombro, inmóvil, con sus agujas quietas. ¿Cómo podía calcular la hora? ¿? ...En fin, y si bien mi zapato indicaba que cruzaría la calle en cualquier minuto, mi cuerpo se giro, y en un pestañeo volví a mi posición anterior.

Que estuviese roto explicaba el porque de estar tan ensimismado, de seguro se lo quebraron, un accidente, un intento de robo, quizá una caída. Además debió ser importante, un regalo de su novia o sus padres. Quizá su primer objeto de valor, incluso un regalo importante que querría dar…Quien sabe?, solo una forma de enterarme.

De frases tontas esta escrita la vida, pero no por eso dejamos de hacerla. Y la mía no escapa a esa regla: - ¿Me puedes decir la hora? – y al no recibir respuesta insistí, pero el silencio me dio en la cara como una brisa.

Luego y sin mirarme habló: – No puedo hacer eso mi reloj esta roto, yo mismo lo he roto. ¿Te preguntarás por qué?, bueno, porque es la única forma de detener el tiempo, y ahora es lo único que quiero.



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Pertenencias




De quien es el recuerdo de una herida, de quien osa provocarla y se hunde en la desdicha de una infamia o de quien resulta herido y guarda la marca como el sello de un error.


De quien es el silencio entre dos vidas, de quien calla enmudecido en circunstancias palpitantes o de quien rechaza oír sonidos colmados de verdad.


De quien es la distancia que separa los mundos, de quien cuenta en metros uno a unos sus pasos hacia el horizonte o de quien la recuerda en el día a día ensalzándola en la razón.


De quien son las lágrimas derramadas en sollozos, de quien las alimenta en pensamientos de dolor mientras se escurren por su cara o de quien las provoca e intenta secarlas pidiendo perdón. 
De quien es el brillo de una sonrisa, de quien la provoca con su simple presencia en un gesto de felicidad o de quien la ofrece a una mirada furtiva de complicidad. 




De quien es el placer de un beso, quien lo entrega clandestino en el fragor de un instante o quien lo recibe y lo vive eternamente atesorando una vez más.


De quien son los suspiros que entrecortan una respiración, de quien los vive en cada momento satisfecho con una sonrisa o de quien los incita con sucesos de pasión.


De quien es un sueño fundado en la ilusión, de quien lo vive y se sustenta de el o de quien es envuelto entre la fantasía y la realidad de un mundo lejano.


De quien es este insulso texto que abandono ahora, de quien lo inspira en una ajena realidad libre de fronteras o de quien lo recibe como letras erguidas en un instante de verdad.


Aquien le pertenezca, sabe que se lo dedico.


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Si quieres...



De Morfeo escóndeme, que viene por mí esta noche y me arranca de tus brazos. De la noche escóndeme, que se cuela por la ventana y me indica que debo partir sin más que una mirada. Del tiempo escóndeme, que con su sonido infinito no me deja oír tu voz que ahora llega a mi dulce como miel. De los días escóndeme que gritan su nombre en las voces de otros negándose a callar.

A mis letras muéstrame, que quiero sentirlas unas por una bajo tu inspiración. Tu sonrisa muéstrame, que verte feliz es la mejor sensación que he podido sentir. Tu mundo muéstrame, que saber que vivo tu vida, me hace contigo vivir. Y cuando falle, muéstrame, que enmendar mis errores por tus labios me hace querer mejorar.

Cuando te vea, cállame, que me envuelvo en tu belleza y no paro de hablar. Si te sueño, cállame, por que prefiero vivir despierto a tu lado que dormido en ilusiones una noche mas. Si te llamo, cállame, que entre nervios y sensaciones las palabras no puedo hilar. Y si te canto, cállame, que con mi voz no puedo expresar cuanto te puedo llegar a amar.

Escóndeme si quieres, muéstrame si quieres o cállame si quieres, pero no dejes de intentar venir una vez más.

In: ,

Explícito



Dime quien soy, dime si mi nombre te hace gracia, si reconoces el concierto de las letras al decirlo o si alguna vez haz sentido su magia.
Dime qué crees que soy, que imagen refleja mi rostro, si asocias mis formas a un pintor, o si te parezco detestable como un monstruo.
Dime si en el día me extrañas, si un vació no te deja pensar, si la noche se hace mas larga y no hayas como los minutos dejen de pasar.
Dime si presiono, si mis preguntas te hacen gritar, si la insistencia te nubla los pasos o si al silencio me quieres condenar.
Dime cuando me odias o si mi presencia no quieres ver más, si quieres descansar de mis palabras o si tan solo quieres paz.
Dime si me amas o si el sueño pretendes alcanzar, si la noche llena tu alma o si en este barco ya no te quieres embarcar.
Pero dime algo, aun cuando no sepas tu verdad, que cada vez que callas yo ya no se qué pensar.

In:

En la Carretera



Pero pudiste hablar con ella?- fue lo primero que pregunté. Noté su mirada perdida mientras conducía por la carretera y la claridad del día se perdía entre los arboles lejanos y sombríos. Los días grises no era buenos compañeros para bajos estados de ánimo.

Lo conozco hace años pero no deja de sorprenderme cada vez que lo veo así.

Puedo asegurar que lloró en la despedida, el drama le sienta, bueno a ambos, es difícil decir adiós y en su caso una palabra que no tiene mucho sentido.
-si, pero fue muy de improviso. Incluso ahora cuando ya partió no lo doy por un hecho concreto- dijo mientras sus ojos muy abiertos no veían nada, como si la monótona carretera no fuese suficiente para alejar la vista de la ventana.

Yo lo comprendo, a pesar de conocer los hechos a cabalidad; cuando no has mascullado la idea lo suficiente, no la puedes digerir tan fácil y se te queda atorada en la garganta; el problema es que en ocasiones nunca es suficiente apara aquello.
-pero… tu sabias que eso sucedería, de hecho tu mismo lo haces ahora, salir por un rato de la vida y desaparecer. Eso es lo bello de viajar... no?- y aunque mi intención era marcar una mueca de sonrisa en su cara, mis esfuerzos se estrellaron contra el pavimento que era escrutado por su mirada.


si, de hecho ella lo necesitaba y lo necesito, y me alegra, pero...- y volvió a callar.

Su rostro, normalmente alegre, ahora carecía de expresiones, llevaba sobre él una extraña mezcla de sueño, cansancio y pesar.
No quise seguir preguntando, no es difícil saber cuando su compromiso emosional va más allá del simple cariño: lo conozco tanto. Incluso callé cuando estiro su brazo para sacar el encendedor de braza encendida del auto para prender su cigarro, siempre fuma cuando una idea le retiene la cabeza. A través del cigarro puedo saber cuan emocional está, ya sea estando feliz o no lo estando.

al menos ella sabe que la amas, te conozco y se que en algún momento se lo dijiste, eso se te nota amigo- baje la velocidad lentamente y me detuve aun costado de la via. Lo mire y deposite todo mi estima sobre su hombro, como si mi mano transmitiera ese calor –ella lo sabía antes de viajar!- mi tono era fuerte y directo, creo que se lo dije para reafirmar aquello que él sabía mejor que yo.
Aspiro profundo una bocanada de aquel humo que sentía amargo y me dijo –se lo dije, pero nunca escuche una respuesta-.